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Un día mágico.
Miguel levantaba la cabeza con ansiedad para intentar cazar la luz verde de un taxi, mientras la lluvia le iba calando. Faltaba media hora para que saliera su tren. Si lo perdía, no llegaría a la reunión trimestral de comerciales y bajaría puntos ante la dirección.
No fue hasta diez minutos más tarde cuando Miguel pudo lanzarse dentro de un taxi con la seguridad que ya no llegaba a tiempo. Para su desesperación, al llegar al andén vio que el tren se había escapado, y con ello la oportunidad de llegar a la reunión.
Mandó un whatsapp a su jefe inventando una excusa y se dejó caer en un banco junto a un vagabundo que estaba durmiendo allí.
-¡Ey! Me has despertado ¿qué te pasa?
-Lo siento…acabo de perder el tren.
-Te felicito, perder ese tren puede ayudarte a que no se te escapen otros momentos importantes.
Miguel lo miró con más atención. A simple vista no parecía ser alguien que pudiera dar lecciones de nada.
-Yo soy un ejemplo de cómo perder trenes pequeños y grandes. Si me invitas a desayunar, te lo cuento.
Miguel propuso al vagabundo entrar en el bar de la estación para tomar unos bocadillos y zumos.
-Desde muy joven me acostumbré a aplazar todo, llegaba siempre tarde, esa ha sido mi desgracia. Ya en la escuela dejaba los examenes para el último momento y después no pude estudiar lo que me apasionaba, quería ser médico.
Acabé ejerciendo de abogado pero como no preparaba los juicios siempre perdía los casos y los clientes.
En aquella épòca mi novia también me dejó por llegar tarde.
-¿Sólo por llegar tarde?
-En realidad fue por mi falta de compromiso y no la culpo en absoluto.
Luego empezé a beber cada vez más y ahora vivo en la calle, pero tengo un mensaje para ti.
-El tiempo no espera a nadie. Eres como un banco donde cada día ingresan 85.000 euros. Tu tarea es mover ese dinero, tienes que gastarlo de la mejor forma posible.
-¿De donde sacas esa cifra?
Son los segundos que vas a ingresar en tu cuenta vital hoy. Según como los inviertas tendrás una vida rica o una vida pobre.
En la persona que menos esperamos podemos encontrar una valiosa enseñanza y cada día puede ser un día mágico
Este ha sido un cuento de Francesc Miralles, en su libro la felicidad sobre ruedas. Recuerda ser feliz hoy porque solo puedes ser feliz hoy.